¿Qué buen roquero no ha gritado alguna vez, con todo el aire
que puedan contener sus pulmones, “Long Live Rock N' Roll”? Poco importa que
haya sido en inglés o en su lengua materna. Y es lo que hacen una y otra vez
los miembros de Los hijos bastardos del rock and roll, cuando dos de los
protagonistas de “La edad del rock and roll” asisten por primera vez a una reunión
de esta pandilla. Aquella devoción mostrada hacia el rock and roll cautiva a uno
de los protagonistas. Aunque en realidad, en el fondo, lo que le cautiva es otra cosa: la influencia que el líder mantiene sobre el resto del grupo. Ozzy,
un conocedor innato o natural de la seducción de masas, ha creado una puesta en
escena histriónica y calculada, de gran efecto, que enamora a sus seguidores.
Es a esto último a lo que en verdad, en un principio, se siente atraído este
personaje. ¿Por qué? Pues porque su idea es aprender la logística, las tácticas
y estrategias de funcionamiento de Los hijos bastardos del rock and roll con el
fin de fundar, en un futuro inmediato, su propia pandilla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario