Las personas
solemos sentir miedo ante la incertidumbre y lo desconocido. Es una reacción
natural, muy común y generalizada. A mayor incertidumbre y desconocimiento,
mayor aún será nuestro miedo y desde luego nuestro rechazo hacia un objeto, una
entidad o una situación en particular que origine en nosotros dichas
sensaciones.
Sin embargo,
aunque suene paradójico, son también la incertidumbre y lo desconocido, o
más bien los retos que ambas nos plantean, lo que a su vez nos ha hecho avanzar,
evolucionar como individuos y sociedad.
A este temor
básico, primario, echan mano los creadores de “La llegada” para presentarnos
una historia magníficamente estructurada y cargada de emoción, misterio y
suspense.
Además de
hermosa, creo que esto es preciso recalcarlo.
Cierta
mañana, doce enormes naves alienígenas atraviesan la atmósfera terrestre y se
apostan en doce diferentes lugares del globo —Australia, China, EE UU, Rusia,
Venezuela, entre ellos—. Algunos de los gobiernos de estos países enseguida conforman equipos de científicos con el fin de comunicarse con los visitantes y
conocer así sus intenciones. Al principio sin mucho éxito. Ni siquiera pese a
que científicos de varios países se ponen en contacto y comienzan a colaborar
entre sí y a intercambiarse información de sus respectivos avances.
Mientras
tanto, el caos y el vandalismo se apoderan de las calles de numerosas
ciudades. Se producen saqueos y
suicidios múltiples. Empiezan a aparecer voces críticas con la forma en que los
gobiernos gestionan la crisis y hay quienes creen que el mejor procedimiento
para proteger nuestra especie y sistema de vida es destruir las doce naves.
A esta
altura cobra fuerza el personaje de Louise Banks, interpretado por la actriz
Amy Adams, una especialista en lingüística. Es ella la que consigue rápidos y significativos
avances en la tarea de comunicarse con los alienígenas.
Sin embargo,
establecer este contacto con una inteligencia superior, más adelantada, con una
extraña forma de lenguaje, tendrá impactantes efectos sobre Louise Banks.
“La
llegada”, dirigida por Denis Villeneuve, es una película de ciencia ficción
que, como toda buena obra de ciencia ficción, nos habla sobre la naturaleza
humana, sobre nuestra modo de relacionarnos con los demás, y con lo desconocido,
y por supuesto del poder del lenguaje para transformar nuestra manera de
pensar y de entender el mundo, la vida.
La película
exige al espectador estar atento a los detalles puesto que es justamente en los
detalles en los que va apuntalándose los avances de la trama.
Sin duda, de las
mejores historias que he disfrutado este año en la gran pantalla.