“El sectario quiere que los suyos salgan adelante a toda costa, aunque el conjunto del país sufra en su armonía o incluso corra peligro de desmoronarse. En su hemiplejia partidista valora las instituciones no en cuanto garantías de que todos puedan jugar limpiamente sino sólo en la medida que pueden ser utilizadas al servicio de su propia ideología: lo que no me sirve para ganar, debe ser desprestigiado e inutilizado.”
¿Les suena familiar? Sin embargo, en principio, nada tiene que ver con nuestro país (sólo en apariencia, claro). El fragmento anterior fue extraído de un artículo (con el mismo título de este post) escrito por el pensador español Fernando Savater, con respecto a la reciente polémica que se ha desatado en España tras los planes gubernamentales de incluir una nueva asignatura en los programas de bachillerato: Educación para la Ciudadanía. El párrafo continúa de esta manera:
“De modo que es importante enseñar a quienes pronto van a ser ciudadanos de pleno derecho, antes de que corrompan su juicio los maniqueísmos de sus mayores, el verdadero significado en busca de un bien común que tienen los mecanismo democráticos y el sentido de la separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Sobre todo, prevenirlos, antes de que por influencia de sus mayores o del ambiente los padezcan, contra los dos peores y más frecuentes sectarismos de nuestro espectro político: el clericalismo, por lo general apoyado electoralmente por la derecha, y el nacionalismo, apoyado también, por lo general, electoralmente por la izquierda. Luego puede ser ya demasiado tarde.”
¿Qué escribiría Savater si le hubiera tocado vivir los últimos 10 años por estas tierras? Sería muy difícil saberlo, por supuesto, pero menos difícil imaginarlo...
2 comentarios:
¡Ay, Victor, pero si ese hombre es poco más que un charlatán, en mi opinión! Un tipo que, al menos para mí, no merece ningún tipo de admiración; y mira que he tenido la oportunidad de tratar directamente con sus contenidos. En fin.
Tu duda, más allá de Savater, sí que es valedera. Otra cosa sería.
¡Hey, Gabriel! Qué tal. Hace rato aprendí a separar la obra de un autor de la figura del propio autor... porque la obra no es responsable del comportamiento de su creador, si es valiosa, perdurará en el tiempo, lo sobrevivirá... (ojo: no estoy pronosticando nada sobre la obra de Savater porque no soy pitonisa) Los autores son humanos, y no hay bicho más contradictorio que estos seres bípedos y aviesos... Yo los conozco bien... ¡soy uno de ellos! Gracias por pasearte por estos rincones de la web...
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