Cliché: el pueblo venezolano tiene una profunda cultura democrática.
Esperanza uno: pareciera que las nuevas generaciones (léase jóvenes, léase estudiantes) tienen la mejor disposición de sacar de su categoría de cliché la frase anterior, puesto que también parecieran haber entendido, después de años de apatía, que la política, y los partidos políticos, en toda su diversidad y pluralismo, son fundamentales para la democracia.
Esperanza dos: pareciera que algunos políticos, y algunos partidos políticos, por supuesto, han comenzado a entender que lo importante es el equipo (Venezuela) y no un grupito de compinches (el partido), que la forma de defender la democracia está dentro de la misma democracia y no fuera de ella y que ese camino, pese a los propios deseos, casi siempre será largo, tortuoso, en fin, lleno de obstáculos.
A pesar de mi natural escepticismo, hoy, 3 de diciembre de 2007, después de un polarizado y reñido cotejo electoral, en el que nuestra democracia pareciera haber encontrado un respiro, como venezolano, necesito aferrarme, creer en estas dos esperanzas para algún día decir, como muchos ahora y en el pasado: “que el pueblo venezolano tiene una profunda cultura democrática” y que al mismo tiempo esa frase no me suene hueca, vacía, no me suene a simple cliché (por ejemplo, 44% de abstención en un momento crucial, en el que sin duda nos jugábamos nuestro futuro democrático, ¿son muestras de una “profunda cultura democrática”?)
Desde luego, sólo el tiempo lo dirá...
Esperanza uno: pareciera que las nuevas generaciones (léase jóvenes, léase estudiantes) tienen la mejor disposición de sacar de su categoría de cliché la frase anterior, puesto que también parecieran haber entendido, después de años de apatía, que la política, y los partidos políticos, en toda su diversidad y pluralismo, son fundamentales para la democracia.
Esperanza dos: pareciera que algunos políticos, y algunos partidos políticos, por supuesto, han comenzado a entender que lo importante es el equipo (Venezuela) y no un grupito de compinches (el partido), que la forma de defender la democracia está dentro de la misma democracia y no fuera de ella y que ese camino, pese a los propios deseos, casi siempre será largo, tortuoso, en fin, lleno de obstáculos.
A pesar de mi natural escepticismo, hoy, 3 de diciembre de 2007, después de un polarizado y reñido cotejo electoral, en el que nuestra democracia pareciera haber encontrado un respiro, como venezolano, necesito aferrarme, creer en estas dos esperanzas para algún día decir, como muchos ahora y en el pasado: “que el pueblo venezolano tiene una profunda cultura democrática” y que al mismo tiempo esa frase no me suene hueca, vacía, no me suene a simple cliché (por ejemplo, 44% de abstención en un momento crucial, en el que sin duda nos jugábamos nuestro futuro democrático, ¿son muestras de una “profunda cultura democrática”?)
Desde luego, sólo el tiempo lo dirá...
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