Aunque con un tempo ligeramente más acompasado que el de la versión de estudio original —para mi gusto, claro—, he elegido esta versión de la canción por la calidad de imagen y sonido. Algo no muy frecuente de encontrar en los vídeos de conciertos de la época colgados en YouTube.
Luego de
esta breve aclaratoria, vayamos al asunto que me interesa.
Tras una
abrupta ruptura amorosa, uno de los protagonistas de “La edad del rock androll” cae en una profunda depresión. De la mano de su hermano, y un amigo de
éste, empieza a salir poco a poco de su
duelo y acaba por replantearse muchas cosas de su vida. Ya más recuperado, mientras
ve ensayar al grupo de rock de su hermano, reflexiona sobre la posibilidad de
aprender a tocar algún instrumento. El hard rock y el heavy metal, géneros que
no tenía por costumbre escuchar y que ahora forman parte de su cotidianidad, le han
ayudado a salir del agujero donde se hallaba: “se había convencido a sí mismo
que si escuchar aquellas canciones de hard rock y heavy metal le proporcionaba
tal tranquilidad […] ¿qué no podía lograr aprendiendo a ejecutar un instrumento
musical?”. Entonces empieza a evaluar cuál se adaptaría mejor a él, “cuál era
el más idóneo para sus terapéuticos propósitos”. Hasta que da con la batería.
“Tocarla sería como gritar”, piensa. Y a su cabeza viene este tema de Led
Zeppelin y, por supuesto, la descarga que de principio a fin acomete en él John
Bonham.
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